Temática/Género: Contemporáneo
- Paranormal- Adulto - Romántico - Policíaco
Saga: "Mangaka"
01- Mangaka. Lágrimas en la arena
Editorial: Vergara
Sinopsis:
Carla Monzón es una mangaka hentai –una dibujante de cómic manga con contenido sexual– que a sus escasos veinte años se siente de vuelta de todo. Su padre la abandonó cuando era pequeña, y debe cuidar de su madre, que sufre alzheimer precoz. El único amor de su vida la rechazó poco antes de que un suceso terrible trastornara su capacidad de relacionarse con los demás, quizá para siempre.Pero su vida está a punto de cambiar. De forma inexplicable, Carla cae a un río y cuando está a punto de morir ahogada es rescatada por Eric Serra, un atractivo subinspector de policía. Eric será la primera persona a la que deberá convencer que ha vuelto de su encuentro con la muerte con un inesperado don: es capaz de soñar con los últimos instantes de la vida de una joven asesinada cuya muerte sigue aún sin resolver. Así comienza la gran aventura de Carla, una chica llena de piercings y tatuajes que se reinventará a sí misma, mientras su corazón se debate entre el recuerdo de su primer amor y la atracción que siente por el hombre al que acaba de conocer y que está dispuesto a darlo todo por ella.
Opinión: Puede contener spoilers
Empiezo diciendo que comencé este libro con algo de
miedo por varias razones; me habían recomendado tanto el libro y hablaban tan
bien de él que no quería ponerlo en un pedestal antes de tiempo y al leerlo
quedar decepcionada y por otro lado me habían dicho que no estaba considerado
novela romántica y no sabía si se me haría largo si no había historia de amor.
He llegado a la conclusión de que probablemente no sea romántica como tal y
tenga más importancia lo que es la historia de ella y su don ¡pero eso no
quiere decir que no tenga historia entre protagonistas!
Me he sentido muy identificada con Carla desde el
principio y eso hace que ya me guste, algunas veces nos encontramos una
protagonista tan diferente de nosotras que no somos capaces de ponernos en su
lugar y le tomamos manía desde el principio.
Carla es una chica diferente, le ha tocado madurar rápido debido al abandono de su padre, la muerte
de sus abuelos y las adicciones y posterior enfermedad de su madre. Ha tenido
que salir adelante sola gracias a su trabajo y a sus dos grandes amigos: Ítalo
y Virginia.
Por si no tenía bastante con dichos problemas y con
los prejuicios de la gente respecto de su aspecto, ha estado a punto de morir y
cuando despierta resulta que tiene un don, verá sucesos trágicos hasta que
ayude a resolverlos y no ayuda que se sienta atraída por el irritante policía
que le salvó la vida.
Eric Serra tiene su propia carga emocional y lo
único que le faltaba era dar con una chiflada suicida que afirma ver muertos.
Pero cuando investiga los datos que facilita la chica se da cuenta de que puede
que no esté tan loca como parece y se embarcarán en una búsqueda que no
terminará como ellos esperan.
Ítalo es el mejor amigo de Carla, amigo con derecho
a roce, pero sus problemas sentimentales no le dejan estar junto a ella cuando
más le necesita.
Virginia es la amiga y abogada de Carla, que vive un
poco en la inopia ya que ella no quiere preocuparla a ella además de a Ítalo y
Eric.
Lo que más me ha gustado es su historia, esa niña
que adoraba estar con sus abuelos porque la cuidaban y se sentía culpable por desear
que su madre siga durmiendo la mona. La chica que se enamoró del hijo de su
padrastro y tuvo que superar su abandono.
Tanto el caso de Maite como el de Ilke me han
parecido muy interesantes, debo decir que cuando hablaba del aspecto que tenía
el asesino de Ilke y que estaba casado y tenía un niño empecé a olerme quien
podría ser, aunque sin estar segura.
Me parece fatal por parte de Eric dejarla a solas
con el sujeto en cuestión, pues aunque no fuera el asesino si ella le ha dicho
que no se fía y le da mala espina se va a sentir incómoda con él asique no
entiendo que se vaya y la deje sola por ver una foto que en la época Whatsapp
en la que vivimos se la podían haber mandado al móvil.
Carla me parece muy madura, ya que si yo le dejo a
mi amiga mi casa porque está peleada con el novio y le doy esa confianza no sé
si me tomaría tan bien que esté metiendo algún tío en ella y acostándose con él
en mi cama, en mi sofá, etc. tan tranquilamente y me pongo en su piel y si a mí
me deja alguien quedarme en su casa no metería gente sin su permiso.
Qué alivio al saber lo que significa el sueño de los
grafiteros, aunque esos cinco años en la cárcel ya no tienen arreglo y su vida
no va a ser fácil pero al menos no está encerrado.
Me ha gustado la escena del velatorio, debería estar
en contra de la violencia y decir que esta feo que Eric le pegue pero me parece
de tener tan poca vergüenza plantarse allí y tener la cara dura de guiñarle un
ojo que creo que yo también le habría pegado.
La única pega que le pongo, si es que puedo ponerle
alguna, es que al estar contado todo en primera persona y desde el punto de
vista de ella (con este tipo de narración me pasa siempre) solo vemos los
sentimientos de una persona y me costaba asumir su relación con Eric porque
tenía la sensación de que él pasaba de ella, al no saber lo que siente no te
acabas de meter en esa parte de la historia al igual que en su discusión con
Ítalo, sabes que ella está dolida y triste pero te da la sensación de que él es
un egoísta y un idiota porque no sabes cómo se siente realmente o con su
relación con su tía que por momentos parecía todo por educación y no por interés.
Al verse solo un punto de vista no sabes cómo son los sentimientos
del resto y estas un poco a ciegas.
Quitando esto último el resto me ha encantado, es un
libro diferente, que trata temas durillos y que te mete en el tema del manga
que es algo sobre lo que no había leído nunca y hace la historia muy original.
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